¿Por qué la zona donde se hundió el Titanic aún está llena de zapatos?

Durante mucho tiempo, y se trata de un mito aún presente en las redes sociales, se creyó que eran los zapatos que llevaban puestos los miles de fallecidos durante la tragedia, y que tras la descomposición de los cuerpos, quedaron como vestigio de los cuerpos hundidos en el lecho marino.
Durante mucho tiempo, y se trata de un mito aún presente en las redes sociales, se creyó que eran los zapatos que llevaban puestos los miles de fallecidos durante la tragedia, y que tras la descomposición de los cuerpos, quedaron como vestigio de los cuerpos hundidos en el lecho marino.
Ralph White. Getty Images
Durante mucho tiempo, y se trata de un mito aún presente en las redes sociales, se creyó que eran los zapatos que llevaban puestos los miles de fallecidos durante la tragedia, y que tras la descomposición de los cuerpos, quedaron como vestigio de los cuerpos hundidos en el lecho marino.

El hundimiento del RMS Titanic en la madrugada del 15 de abril de 1912 sigue siendo uno de los eventos más trágicos de la historia marítima. La pérdida de más de 1.500 vidas ha dejado una profunda huella en la cultura y la memoria colectiva, y la ubicación exacta del transatlántico británico en el fondo del Atlántico Norte ha sido objeto de curiosidad y estudio durante décadas.

No fue sino hasta el 1 de septiembre de 1985 cuando esta pregunta obtuvo respuesta gracias a la expedición conjunta entre la Institución Oceanográfica de Woods Hole y el RMS Titanic, Inc, que finalmente localizaron los restos del Titanic a unos 4.000 metros de profundidad, a aproximadamente 600 kilómetros de las costas de Terranova, Canadá. Desde entonces, varias expediciones se han llevado a cabo para estudiar y documentar el naufragio, proporcionando un valioso testimonio de la tragedia.

El Titanic, con su tamaño y su lujo sin precedentes, fue considerado ‘insumergible’ y representó el epítome del progreso tecnológico y el poder adquisitivo de principios del siglo XX. Sin embargo, el choque con un iceberg aquel fatídico día dejó al mundo en shock y cambió para siempre la forma en que se concebía la navegación marítima.

Uno de los aspectos más curiosos y desconcertantes que se han observado en el fondo marino es la gran cantidad de zapatos que rodean al Titanic. ¿Por qué hay tantos zapatos y qué significan? ¿Qué nos revelan sobre las personas que los llevaron y sobre lo que ocurrió aquella fría noche?

Los restos del Titanic, una ventana al pasado

Entre los objetos recuperados y documentados en las expediciones, los zapatos destacan como una presencia tan perturbadora como conmovedora. Miles de ellos descansan en el lecho marino, en su mayoría de cuero, dispersos alrededor del sitio del naufragio.

Durante años, y para los aficionados a la historia del naufragio más famoso de la humanidad, la hipótesis más sostenida era que este sobrecogedor cementerio de calzados eran todo cuanto quedaba tras el proceso de descomposición y disolución del cuerpo humano. Con el tiempo, los cuerpos se descompusieron y fueron consumidos debido a las bajas temperaturas, la alta presión y la acción de los organismos marinos y las bacterias, mientras que los zapatos, hechos de materiales más duraderos, permanecieron prácticamente intactos.

Sin embargo, posteriores expediciones y un análisis más riguroso y científico del naufragio del Titanic, las corrientes marinas y todo cuanto envolvió aquel desdichado accidente han revelado una verdad menos angustiosa.

La gran cantidad de zapatos, en posiciones inusuales y que no se pueden corresponder con la caída de un cadáver a unos 4.000 metros (unos 12.500 pies) bajo el agua, indican, sin embargo, que todos esos zapatos formaban parte de los equipajes que se hundieron con los pecios de la nave.

Los zapatos no se encuentran solos, sino que están rodeados, a su vez, de numerosos objetos personales, metálicos, de botones y joyas, que respaldan esta conclusión definitiva de los expertos. No todos los pasajeros podían permitirse maletas de cuero, la gran mayoría eran bolsas hechas de algodón y lana, que sucumbieron hace décadas al proceso de descomposición, revelando su contenido.

Sin embargo, no hay que despreciar el enorme valor que aportan los zapatos hundidos junto al Titanic, ya que siguen siendo una gran fuente de estudio porque reflejan las diferencias de clase y género que existían en el Titanic: hay zapatos elegantes y caros, propios de la primera clase, y zapatos humildes y sencillos, propios de la tercera clase; hay zapatos masculinos y femeninos, con distintos estilos, complementos y tamaños.

Sea como fuere, los zapatos del Titanic son un recordatorio de la tragedia humana que supuso el hundimiento del barco. Muchos de los supervivientes, familiares de los pasajeros y la tripulación y las asociaciones creadas tras la tragedia reclaman que no se saque nada del fondo marino y se mantenga tal como está, como una forma de honrar y respetar a las víctimas, y de preservar su memoria. Por eso, los investigadores que han explorado el lugar han decidido no tocar ni mover los zapatos, sino dejarlos tal como están.

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